Receta de Tarta de Cebolla Caramelizada
Imagine servir un plato que sea elegante y fácil de preparar; la tarta de cebollas caramelizadas encaja a la perfección. Empezarás con cebollas amarillas cortadas en rodajas finas, caramelizadas a la perfección en una mezcla de mantequilla y aceite de oliva hasta que estén doradas y tiernas. Imagínese extendiendo mostaza de Dijon sobre una lámina de hojaldre, colocando esas cebollas dulces y cubriéndola con queso Gruyère rallado. Mientras se hornea hasta conseguir un acabado dorado y burbujeante, su cocina se llenará de aromas irresistibles. ¿Listo para impresionar a tus invitados con el mínimo esfuerzo? Desglosemos cada paso para que pueda crear esta deliciosa tarta.
Ingredientes necesarios
Para preparar una deliciosa tarta de cebolla caramelizada, necesitará un puñado de ingredientes sencillos y frescos.
En primer lugar, coge algunas cebollas. Las cebollas amarillas son las mejores porque ofrecen un sabor dulce cuando se caramelizan. Necesitarás unas cuatro cebollas grandes.
A continuación, hazte con una lámina de hojaldre comprada en la tienda. Si lo prefieres, puedes hacerla tú mismo, pero una ya hecha ahorra tiempo y sigue teniendo un sabor delicioso.
También necesitarás aceite de oliva y mantequilla. Te ayudarán a conseguir la caramelización perfecta. No olvides la sal y la pimienta para sazonar las cebollas. Para darle más sabor, puedes utilizar un poco de tomillo o romero. Las hierbas frescas van bien, pero las secas también.
Para darle más sabor a la tarta, añada un poco de crème fraîche o nata espesa. Esto le da a la tarta una textura cremosa y complementa el dulzor de las cebollas.
Por último, coge un poco de queso gruyère o parmesano rallado. Le dará un toque salado y una corteza dorada por encima.
Con estos ingredientes a mano, estarás en el buen camino para crear una apetitosa tarta de cebolla caramelizada que seguro que te impresionará.
Preparación de las cebollas
Empiece pelando las cebollas y cortándolas en rodajas finas para que se caramelicen uniformemente. Utilice un cuchillo afilado o una mandolina para obtener rodajas uniformes.
Una vez que tengas las cebollas listas, calienta una sartén grande a fuego medio y añade una cantidad generosa de mantequilla o aceite de oliva. Ambos funcionan bien, pero la mantequilla aporta un sabor más intenso.
Cuando la mantequilla se haya derretido, añada las cebollas a la sartén. Remuévalas suavemente para que se impregnen de la mantequilla. Sazonar con una pizca de sal para ayudar a eliminar la humedad. Mantenga el fuego a medio-bajo; no debe precipitarse en este proceso.
Remueva las cebollas de vez en cuando para evitar que se peguen o se quemen. A medida que se cocinen, las cebollas empezarán a ablandarse y a dorarse. Puede tardar entre 30 y 45 minutos. La paciencia es la clave.
Si empiezan a secarse, puede añadir un chorrito de agua o caldo. El objetivo es conseguir un color caramelo intenso sin que se quemen.
Una vez caramelizadas, retira las cebollas del fuego y deja que se enfríen un poco antes de continuar.
Montaje de la tarta
Extienda la masa de hojaldre sobre una superficie ligeramente enharinada y colóquela en el molde de la tarta. Presione suavemente la masa en los bordes y recorte el exceso que cuelgue por los lados. Pinche la base por todos lados con un tenedor para evitar que se hinche durante el horneado.
A continuación, extienda una fina capa de mostaza de Dijon sobre la base de la masa. Esto añade un sutil toque ácido que combina a la perfección con el dulzor de las cebollas caramelizadas. Distribuya uniformemente las cebollas caramelizadas enfriadas sobre la capa de mostaza, extendiéndolas para cubrir toda la superficie.
Ahora, espolvoree generosamente queso Gruyère rallado sobre las cebollas. El Gruyère se fundirá en una capa dorada y burbujeante, añadiendo un rico sabor a nuez a la tarta. Si lo prefiere, también puede utilizar una mezcla de Gruyère y parmesano para obtener un sabor más intenso.
Hornear y servir
Precaliente el horno a 190°C (375°F) y coloque la tarta en la rejilla central. Asegúrese de que está bien colocada para que el horneado sea uniforme. Hornee la tarta durante 25-30 minutos o hasta que la corteza esté dorada y el relleno cuajado. Vigílela durante los últimos minutos para evitar que se pase.
Una vez hecho esto, saque la tarta del horno y déjela enfriar unos 10 minutos. Este periodo de reposo permite que el relleno se endurezca y facilita el corte. Utilice un cuchillo afilado para cortar la tarta en porciones, asegurándose de no alterar la corteza hojaldrada.
Sirva la tarta de cebolla caramelizada caliente o a temperatura ambiente. Combina de maravilla con una ensalada verde fresca o un plato de sopa, por lo que es un plato perfecto para el almuerzo o la cena. También puede adornarla con una pizca de hierbas frescas como tomillo o perejil para darle un toque de sabor.
Las sobras deben guardarse en un recipiente hermético en el frigorífico. Recaliente las rebanadas en el horno a 175°C (350°F) durante unos 10 minutos para conservar el crujiente de la corteza. ¡Disfrute de su deliciosa tarta casera!