Ingredientes necesarios
Para preparar un delicioso puré de patatas al ajillo, necesitará un puñado de ingredientes sencillos. Comience con un kilo de patatas russet. Son ideales porque tienen almidón, lo que da una textura esponjosa al puré. No te olvides del ajo: cinco dientes bastarán. El ajo fresco es el más sabroso, pero en caso de apuro, puedes utilizar ajo ya picado de bote.
A continuación, necesitarás media taza de leche entera o nata espesa. Este ingrediente es fundamental para conseguir esa consistencia cremosa. Algunas personas prefieren utilizar nata espesa para obtener un sabor aún más rico, pero la leche entera funciona igual de bien. La mantequilla es otro ingrediente esencial; necesitará unas cuatro cucharadas soperas. Aporta riqueza y una textura suave a las patatas.
Sal y pimienta son los condimentos básicos. Necesitará al menos una cucharadita de sal y media de pimienta negra. Ajústelos a su gusto sobre la marcha.
Por último, si te gusta el verde, ten a mano un poco de perejil o cebollino fresco para decorar. Esto no sólo añade color, sino también un sabor suave y fresco que complementa el ajo maravillosamente.
Preparación del ajo
Empiece pelando y picando los cinco dientes de ajo para asegurarse de que liberan todo su sabor. Utiliza un cuchillo afilado para conseguir un picado fino, que ayude a que el ajo se distribuya uniformemente por todo el puré de patatas. Si no le gusta picar a mano, puede utilizar un prensador de ajos, pero asegúrese de raspar los trocitos que queden para potenciar al máximo el sabor.
A continuación, considere el impacto del ajo en el plato. El ajo recién picado tiene un sabor fuerte y picante que puede realzar el puré de patatas. Tenga en cuenta la potencia del ajo; no querrá que domine el plato. Si prefiere un sabor más suave, puede asar el ajo antes de picarlo. El tostado suaviza el ajo y le da un sabor más dulce y sutil. Para asarlo, coloque los dientes sin pelar en una bandeja de horno, rocíelos con aceite de oliva y áselos a 400°F durante unos 20 minutos hasta que estén blandos y dorados.
Una vez picado, reserve el ajo en un bol pequeño. Tenerlo preparado y listo garantiza un proceso de cocción sin problemas. Recuerde, la clave de un buen puré de patatas con ajo es equilibrar el sabor del ajo con la cremosidad de las patatas.
Cocinar las patatas
Ahora que el ajo está listo, vamos a hervir las patatas hasta que estén tiernas y listas para el puré. Empieza pelando y cortando las patatas en trozos de tamaño uniforme. Así se cocinarán a la misma velocidad.
Coloca los trozos de patata en una olla grande y cúbrelos con agua fría, añadiendo una pizca generosa de sal al agua. La sal ayuda a sazonar las patatas desde dentro hacia fuera.
Ponga la olla en el fuego y a temperatura alta. Cuando el agua rompa a hervir, reduce el fuego a medio para mantener un hervor suave. Cocer las patatas durante unos 15-20 minutos. Para comprobar si están hechas, pincha un trozo con un tenedor; debe deslizarse fácilmente sin resistencia.
Mientras las patatas hierven, vigila la olla para evitar que se desborden. Cuando estén tiernas, escúrrelas bien con un escurridor. Sacude un poco el escurridor para eliminar el exceso de agua, pero no dejes que las patatas reposen demasiado tiempo, ya que podrían encharcarse.
Ahora, devuelve las patatas escurridas a la olla vacía. Ya están listas para el siguiente paso del puré de patatas al ajillo.
Mezclar y servir
Con las patatas de nuevo en la olla, coja el pasapurés y empiece a desmenuzarlas hasta conseguir una consistencia suave. No se precipite, tómese su tiempo para que no queden grumos.
Una vez que tengas una buena base, es hora de añadir el ajo asado. Saque los dientes de ajo de la piel y mézclelos con las patatas. El ajo debe mezclarse fácilmente, liberando su rico aroma.
A continuación, vierta la leche caliente y la mantequilla derretida. Puede hacerlo gradualmente, haciendo una pausa para mezclar bien después de cada adición. Así se consigue la textura cremosa perfecta sin que las patatas queden demasiado líquidas.
Sazone con sal y pimienta al gusto, y si le gusta un poco más de sabor, una pizca de perejil o cebollino fresco picado puede ser un buen toque.
Cuando esté satisfecho con la textura y el condimento, pase el puré de patatas a una fuente. Un último chorrito de mantequilla derretida por encima puede darles un aspecto y un sabor aún más indulgentes.
Sírvelo caliente y verás cómo se convierte rápidamente en la estrella de la comida. ¡Disfrute de su delicioso puré de patatas al ajillo!